La era digital, la era de la Big Data por Federico Scialabba
Teléfonos celulares, computadoras, tabletas, GPSs y otros cientos de dispositivos generan cotidianamente un universo de datos producidos por la interacción de billones de personas dispersas alrededor del mundo. Esto no es nuevo, hace rato que los seres humanos que habitan el planeta Tierra están hiper-conectados, hacen, deshacen, consumen, comparten, observan, gestionan y accionan gracias a diferentes elementos tecnológicos, la diferencia es que antes gran parte de esta información se perdía porque no era posible almacenarla o procesarla. Hoy, este maremágnum de datos puede ser digerido a una velocidad inédita y genera una inteligencia analítica muy refinada que permite sacar conclusiones, no de un día para el otro, sino en tiempo real. Ahora mismo, tu lectura de este material genera una posible medición. Esto es Big Data, una revolución en el universo tecnológico a la que muchos llaman el nuevo motor de la economía y que implica una manera diferente de ver la realidad.
En este contexto complejo y cargado de información, los encargados de leer los datos ya no necesitan diseccionar la realidad en muestras estadísticas para analizar un fenómeno determinado porque Big Data permite segmentar y estudiar un universo completo de datos en tiempo real. Hoy se puede acceder a toda la información, pero también es posible almacenarla y procesarla de forma eficiente a gran velocidad. Fotos y videos compartidos a través de smartphones, transacciones bancarias, streamings de música, reservas digitales de vuelos, alquiler de películas online, sensores de humedad, sistemas biométricos para prácticas deportivas, todo puede ser analizado, comparado y asociado. El flujo de información no sólo es mucho mayor, sino que hay datos completamente nuevos: automóviles, calles, equipos industriales, electrodomésticos y muchos otros objetos están conectados y pueden comunicar, desde su localización hasta su temperatura, movimiento o vibración, gracias a una infinidad de sensores digitales. Y no sólo eso, pueden ofrecer información precisa sobre la persona que los está utilizando. En la actualidad, se producen más datos en dos días de los que se generaron en los últimos dos mil años.
En la industria de la música, por ejemplo, una discográfica como Music Brokers, cuenta hoy con perfiles propios en todos los servicios de streaming. Estos perfiles arrojan minuto a minuto toda una serie de mediciones muy precisas sobre las preferencias de la gente. “Hoy cada uno de nuestros perfiles en los diferentes servicios se transformó en un real state digital”, comenta Federico Scialabba, fundador de Music Brokers. “En 20 años construimos amplios terrenos con ramificaciones en Spotify, Apple Music, Deezer, YouTube y otros. Tenemos verticales interrelacionados y muy activos, y todos son fuentes valiosas de información”.
El mundo de la música y del entretenimiento no es el único que utiliza el análisis de datos. A propósito de esto, el fotógrafo Rick Smolan, diseñador del proyecto The Human Face of Big Data, declaró que ésta es “una extraordinaria revolución pues no sólo modifica los negocios, sino también la enseñanza, las políticas de gobierno, la atención sanitaria y la vida cotidiana. Y como ocurre con todas las herramientas nuevas tiene un potencial de consecuencias imprevistas. Si tenemos cuidado y somos inteligentes, en un futuro no muy lejano tendrá un impacto tan importante como el lenguaje y el arte”.
Poderosos en la era del nuevo oro
Hemos ingresado de lleno en una nueva era en la cual, gracias al potencial ampliado de procesamiento y almacenamiento, las empresas pueden llevar adelante una gestión estratégica de Big Data y así identificar las necesidades de sus clientes e incluso predecir sus movimientos. Según los especialistas, un exhaustivo análisis de las acciones actuales permite prever múltiples situaciones futuras en la vida de cualquier individuo. Es decir, hoy las empresas pueden diseñar productos y servicios aún antes de que el cliente sepa que los quiere.
Esto es en lo que Music Brokers viene trabajando gracias a las lecturas de sus especialistas en Data Analytics. Federico Scialabba explica al respecto: “Somos una compañía de ideas, con productos específicos para nutrir un ecosistema virtuoso, un ecosistema que crece permanentemente y se retro alimenta. Creamos bandas de sonido para determinadas situaciones, nos infiltramos en las emociones de la gente, en los lugares, en lo que las personas reconocen y necesitan.
Los esfuerzos automatizados para analizar los datos que vuelcan las redes sociales son sumamente valiosos, entre otros usos permiten adaptar los contenidos y la publicidad a las necesidades de los usuarios. La información que se genera en las redes sociales es enorme y muy variada, un estudio realizado a partir de las emociones expresadas en Twiter indicó que durante el año 2013, los sábados de diciembre o los domingos de julio la mayoría de los usuarios tendían a mostrarse más tristes. En cambio, los primeros días de la semana de diciembre mostraban una tendencia mayor a la alegría. Google y Amazon tienen sus propios sistemas tecnológicos para recopilar y analizar la información, mientras que las consultoras especializadas trabajan sin descanso para aumentar el cruce de datos estructurados y no estructurados y obtener las mayores ventajas para sus clientes.
Pero esta no es la única dimensión de Big Data, como bien lo señaló el Foro Económico Mundial (World Economic Forum) en su informe Big Data, Big Impact, se trata de un nuevo recurso económico tal como el dinero o el oro. Según los especialistas de Davos, los datos provenientes de los teléfonos móviles son especialmente importantes porque en la actualidad la información generada a través de estos dispositivos puede ser fácilmente relacionada con cada usuario de manera individual. Esto permite conocer las necesidades y las conductas uno por uno en lugar de observar a la población como un todo.
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Federico Scialabba